Hoy en día la mujer ha
tenido una importante participación en la vida social, económica, política,
cultural, académica, entre otros, en los diferentes paises de latinoamérica y
especialmente en Venezuela, donde se le ha dado roles en diferentes instancias
de desempeño laboral, demostrando que son capaces de responder ante cualquier
responsabilidad en el contexto que se presente.
Como lo dice Vargas (1992), citado por
Fernández (2006) en su escrito Mujeres y Política en América Latina: “En la
última década, las mujeres de América Latina hemos hablado. Después de habernos
sentido confinadas por demasiado tiempo a espacios privados e invisibles, las
mujeres de todo el continente estamos invadiendo calles, plazas y demás lugares
públicos exigiendo ser escuchadas. En diferentes formas, con diferentes voces,
gritando o susurrando en lo que corresponde ya a una rebelión histórica
significativa”. (p.17).
De esta forma la mujer ha saltado a la
palestra, demostrando que son capaces de asumir cualquier reto y desafío que se
presente, logrando salir de esa invisibilidad, venciendo todos los obstáculos
impuestos y el que más le ha hecho daño: la cultura machista,todavía
predominante en la actualidad, donde la mujer era vista sólo como una ama de
casa que no sabía más nada, sino sólo estar en los quehaceres del hogar y
cuidando a los niños. La mujer ha ido construyendo sus propios espacios,
adquiriendo capacidades para asumir liderazgo, quizás por esa gran sensibilidad
innata que la caracteriza, lo cual se convierte en una gran fortaleza para
asumir cargos de dirección en el que seguramente será exitosa.
Según varias fuentes consultadas, el
estilo de liderazgo que se le atribuye a la mujer es el liderazgo
transformacional, también llamado liderazgo carismático. Bass y Avolio (1994), sugieren
que las mujeres son más transformacionales en su forma de dirigir que los
hombres por su mayor experiencia en actividades de crianza y educación, su
interés por los demás y su mayor sensibilidad social. Esto se refiere a las
habilidades que posee para tomar decisiones acertadas, de tener la iniciativa
para realizar actividades, mayor capacidad de acercamiento con los equipos de
trabajo, se interesa por el trabajo en colectivo, inspira motivación, allí
radica su calidad humana.
Al respecto Kaufmann (1996), afirma las
mujeres ponen la parte emocional también en el trabajo. En general las mujeres
se hallan más capacitadas para tener en cuenta el lado “humano” de las personas
desarrollando para ellos sus dotes intuitivas naturales. Tienden a trabajar de
una forma amable, siendo constante en las realización de sus actividades.
Es por ello que hoy en día
el acceso de la mujer a cargos de dirección conlleva a pensar en cierta forma
que existe una igualdad dentro de las organizaciones, donde ya no es sólo el
hombre el encargado de dirigir, sino que también hay mujeres capacitadas para
tal fín. Se ha visto en algunos casos, que cuando una mujer asume un cargo de
poder, las críticas de la que es victima tienden a ser sin fundamentos, se usan
para descalificar su gestión, atentando más contra lo emocional y lo personal.
Sin embargo hay que reconocer que el género femenino ha ganado muchos espacios
dentro de la sociedad, llegando a ocupar lugares de vital importancia y
estratégicos tanto a nivel de las regiones como en el mundo.
Bibliografía
Consultada
Bass B. y Avolio B.: (spring
1994). Transformational
leadership and organizational
culture. Public Administration Quarterly; vol. 17, Nº
1; 112-118.
Fernández, A. (2006).
Mujeres y política en América Latina: Revista Nueva Época
Año 19. Núm. 51. Mayo-Agosto. México.
Kaufmann, A. (1996). Tercer
milenio y liderazgo femenino. En NUÑO GÓMEZ, L. (Coord.). (1996) Mujeres:de lo
privado a lo público (177-186). Madrid: Técnos.
Realizado por: Yelitza
Álvarez
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